literatura griega

El amor y el tiempo

En primavera los membrillos, regados por las aguas corrientes de los arroyos, allí en el jardín intacto de las Vírgenes florecen, y rebrotan y crecen los racimos bajo los tallos umbrosos de los pámpanos. Mas conmigo el amor no reposa en ninguna estación. Sino que, como el tracio Bóreas, encendido por el rayo, precipitándose desde la casa de Cipris, con

Amor tardío

Echándome de nuevo su pelota de púrpura Eros de cabellera dorada me invita a compartir el juego con la muchacha de sandalias de colores. Pero ella, que es de la bien trazada Lesbos, mi cabellera, por ser blanca, desprecia, y mira, embobada, hacia alguna otra. Autor: Anacreonte

Lo mejor es lo que uno ama

Dicen unos que un ecuestre tropel, la infantería otros, y ésos, que una flota de barcos resulta lo más bello en la oscura tierra, pero yo digo que es lo que uno ama. Y es muy fácil hacerlo comprensible a cualquiera. Pues aquella que mucho en belleza aventajaba a todos los humanos, Helena, a su esposo, un príncipe ilustre, lo

La taza donde bebe la amada

Dulcemente se goza la taza rozada un momento por la boca locuaz de Zenófila amante. ¡ Feliz ella! ¡ Ójala que, poniendo en los míos sus labios sin respirar entera mi alma te bebieses! Autor: Meleagro de Gádara

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