poema del amor

Poema del amor

Nadie tiene el rostro de mi amada. Un rostro donde los pájaros distribuyen tareas matinales. Nadie tiene las manos de mi amada. Unas manos que se templan en el sol cuando acarician lo pobre de mi vida. Nadie tiene los ojos de mi amada. Unos ojos donde los peces nada libremente olvidados del anzuelo y la sequía, olvidados de mí

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