Seguramente os parezca una tontería, pero lavarse el pelo de forma correcta es un requisito indispensable para mantener tu pelo cuidado.
Lo primero que hay que hacer es elegir el champú más adecuado a tu cuero cabelludo, ya que no deberías usar el primer champú que te encuentres por casa. Por ejemplo si tu pelo es seco deberías elegir un champú que te hidratara, y si es graso un champú purificante te hiría muy bien. Por otro lado si tu cabello es muy fino puedes utilizar un champú que te de volumen, y si tienes el cabello dañado debido a tintes o permanente te conviene un champú muy nutritivo. Así ponte a buscar el champú que más se adecue a tu tipo de pelo.
Para empezar a lavarte el pelo debes tenerlo totalmente mojado, y no usar demasiado champú, ya que si usas mucho champú lo único que conseguirás es dejar residuos en el pelo y se te ensuciará antes. La cantidad adecuada de champú a utilizar suele ser del tamaño de una moneda de euro en la palma de la mano.
El pelo lo debes lavar primero desde las puntas y bajando hacia las raices, así cerrarás la cutícula del pelo, y sobre todo procura no enredar mucho el pelo mientras lo lavas, ya que después la tarea de desenredado será más complicada. Hacer gestos circulares mientras te lavas el pelo solo contribuye ha hacer nudos innecesarios.
El aclarado es casi igual de importante que el lavado en sí, y deberás aclarártelo bajo el agua corriente.
La temperatura del agua debe ser tibia, ni muy fría porque no eliminarías la grasa, ni muy caliente ya que tu pelo produciría una cantidad extra de sebo natural.
Lo que si puedes hacer es el último aclarado con agua fría para conseguir un pelo con mucho brillo, ya que ayuda a cerrar la cutícula.
Y si piensas que los acondicionadores/suavizantes/mascarillas engrasan el pelo, te equivocas. Ya que su cometido es recubrir la cutícula del pelo y así protegerla de las agresiones externas.
