Vienes a mí…

Vienes a mí, te acercas y te anuncias

con tna leve rumor, que mi reposo

no turbas, y es un canto milagroso

cada una de las frases que pronuncias.

viene a mí, no tiemblas, no vacilas,

y hay al mirarnos atracción tan fuerte,

que lo olvidamos todo, vida y muerte,

suspenso en la luz de tus pupilas.

Y mi vida penetras y te siento

tan cerca de mi propio pensamiento

y hay en la posesión de tan honda dalma,

que interrogo al misterio  en que me abismo

si somos dos reflejos de un ser mismo,

la doble encarnación de una sola alma.

Enrique González Martínez

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