Una cosa muy curiosa cuando nos emparejamos es el tema de los apodos. Apodos que aparecen casi sin darte cuenta, porque no sabes cuando empezastéis a llamaros de otra forma que no fuera vuestro nombre.
En fin cuando nacemos nuestros padres nos ponen un nombre que suele ser el que el resto de seres humanos utiliza para referirse a tí, exceptuando los apodos familiares o los apodos entre amigos/as.
Laura, Nieves, Juan, Mario, Sergio, María, son los nombres que tus padres se han molestado en buscar para que te reconozcan, y de repente conoces a una chica o a un chico, y sin comerlo ni beberlo pasas casi automáticamente a llamarte «cari», «churri», «nena», «nene», “cuqui” o noñerías por el estilo.
Cuando tu no tienes pareja y ves a una amiga tuya llamando cari a su novio te resulta cursi, raro, pero luego te echas novio y te empieza a llamar corazón, y ya has entrado a formar parte del colectivo que pierde su nombre por un apodo cariñoso.
Y aunque penséis que es muy poca gente la que utiliza los apodos para referirse a su pareja, estáis equivocados porque la gran mayoría de pareja los utiliza, ya sea en la intimidad o en público.
Yo por ejemplo creo que he tenido apodos múltiples por parte de mi pareja, aunque yo también le he puesto alguno que otro. Por ejemplo a mi el me llama: cari, chiburri, culete, y cosas por el estilo, y por ejemplo ya el lo llamo solete, cari, … en fin y no recuerdo el día que empezamos a llamarnos por apodos.
Todos tenemos nuestra vena cursi y en cualquier momento de descuido te cambian el nombre, y te conviertes en un cielo, corazón, amor, y el clásico «Vida»… no tiene remedio son cosas del amor en pareja.
Que sepáis que es dificil recuperar tu nombre estando con tu pareja, yo lo he intentado y de verdad que cuesta mucho. Por si acaso eres de los que ahora no están en una relación, no pienses que estás a salvo de los apodos, tiempo al tiempo, todo llegará.