Uno de los problemas más frecuentes al planificar la boda consiste en decidir qué menú dar a nuestros invitados y como combinarlo de manera que resulte suficiente y lo más económico posible.
Bien, hoy desarrollaremos una serie de ideas que pueden resultar de suma utilidad.
Por comenzar se debe tener presente la cantidad de invitados. Para el recibimiento de éstos a la fiesta, se puede pensar en convidar una serie de bocadillos salados y agridulces, con algún vaso de jugo o gaseosa a elección. Esta recepción puede ser informal y hacerse en el mismo ingreso, por donde los mozos circularán con sus bandejas y los invitados elegirán que desean comer. Para este tipo de entrada, se deben calcular cuatro bocaditos por persona.
Luego, en el menú que se servirá en la mesa, las opciones más tradicionales son las que contemplan entrada, plato fuerte y postre. Dentro de las entradas más comunes y que nunca fallan se encuentran las que combinan alguna feta de fiambre con ensalada rusa (papas, zapallos, zanahorias en dados y cubiertas con mayonesa), o también las fetas de fiambre con piña o melón. La entrada se calcula una por invitado.
En el caso del plato fuerte, siempre deben estar presentes la carne de vaca o pollo, ya que ofrecen un buen volumen y son rendidoras. Se pueden combinar con un mil hojas de papas o simplemente ensaladas varias. El invitado puede querer repetir la porción.
En cuanto al postre, el que seguramente nunca falla, es el helado o el flan. Los mismos pueden estar enriquecidos con alguna salsa o crema. También se calculará uno por persona.