Las flores cultivadas o silvestres irradian bienestar, se asocian con los sentimientos y hay que tenerlas presentes en nuestro gran día. Por eso no pueden dejar de exhibir su belleza en uno de los días más señalados de nuestras vidas.
No hay ninguna norma que nos dicte una cantidad estipulada de flores, ni el lugar exacto donde debemos colocar. Todo dependerá del gusto y valor personal que cada uno tenga al respecto. La misma iglesia le puede asesorar del lugar donde puede colocar las flores. Pueden adornar escaleras, balcones, puertas, salones, lámparas, cornisas, atrios, entradas, mesas, sillas, pasillos, portales, jardines… Depende de la imaginación que ponga. Pueden combinarse con todo tipo de objetos y materiales, con todo tipo de colores y se pueden colocar prácticamente en todas partes.
Y si la cantidad de flores también depende un poco del presupuesto, es necesario que os enteréis de las bodas que realiza la iglesia ese fin de semana, ya que os podríais poner en contacto con los otros novios y decorar la iglesia con presupuesto compartido. Si eres un familiar cercano a la novia debes saber que es un buen detalle regalarle un ramo de flores el día de su boda y también a las madres de los novios, a una amiga especial de la novia, a las abuelas y, en general, a todas las personas más cercanas a la novia.
Y no debemos olvidar las flores que lleva un detalle que se está imponiendo actualmente. Se trata de sustituir la tradicional lluvia de arroz por una lluvia de pétalos de rosa de diferentes colores.
El padrino se encarga de pagar el ramo a la novia y le entregará el ramo el mismo día de la celebración y en el preciso momento de la entrega le recitará una poesía.
Fuente: todo flores