El amor es algo que concierne, a parte del corazón, al cerebro, pero va más allá, cuando nos enamoramos llegamos a sufrir unos curiosos efectos en nuestro cuerpo. Seguro que más de uno te ha sucedido y te has preguntado ¿por qué?
El efecto que más básico es, a mi parecer, es el del atontamiento, y es que literalmente nos volvemos un poco más «tontos» cuando estamos enamorados. Esto no quiere decir que de repente seamos menos listos, simplemente nos cuesta más concentrarnos. No se si será por que solo pensamos en esa persona tan especial para nosotros en ese momento, o que de verdad nuestra capacidad de concentración y atención se reduce.
Nos volvemos más valientes, este efecto es, cuanto menos curioso. Resulta que cuando estamos enamorados sentimos menos el dolor, y en el caso de los hombres se vuelven aún más valientes, están dispuestos a correr más riesgos de los normales.
La sensación del amor hace que sintamos una euforia algo desmedida, y esto es por que en nuestro cerebro se activa una red neuronal similar a la que se activa cuando la adicción a la cocaína aparece. Esto me recuerda a esa frase tan popular que dice: el amor es como una droga.
Eso del amor es ciego, tiene algo de realidad, ya que cuando estamos enamorados solemos dejar de prestar atención inconscientemente a personas del sexo opuesto atractivas físicamente.
Otros de los efectos curiosos que provoca el amor en nuestros cuerpos es el hormigueo, las palpitaciones, un cierto estrés. Dicho así parece que estemos hablando de los efectos de una enfermedad, pero no, son consecuencias de sufrir el amor en nuestras carnes. En mayor o menor medida estos efectos pueden aparecer en nosotros durante la fase del enamoramiento. Lo cierto es que todo efecto es positivo si viene del amor.
