¿Recuerdas que querías ser una Margarita
Gautier? fijo en mi mente tu extraño rostro está,
cuando cenamos juntos, en la primera cita
en una noche alegre que nunca volverá.
Tus labios escarlatas de púrpuera maldita
sorbían el cahmpaña del fino bacarra;
tus dedos deshojaban la blanca margarita,
«Sí…. no… sí… no…» ¡Y sabía que te adoraba ya!
Después, ¡oh flor de la histeria!, llorabas y reías,
tus besos y tus lágrimas tuve en mi boca yo;
tus risas, tus fragancias, tus quejas eran mías.
Y en una tarde triste de los más dulces días,
la muerte, la celosa, por ver si me querías,
¡como a una margarita de amor te deshojó!
Rubén Darío