El amor, como el universo, está lleno de cuerpos celestes que orbitan, chocan y a veces se pierden en la inmensidad. Hay pasiones ardientes como el sol, almas que iluminan en la distancia como la luna, y cometas que irrumpen fugazmente, alterando el equilibrio de lo que parecía eterno. Este poema es un reflejo de ese amor que duele, que anhelamos pero tememos, de esos encuentros que nos marcan para siempre, aunque solo sean un destello en nuestra historia.
Un sol, la luna y un cometa
Quiero volver a tocar el sol,
No puedo evitar pensar en él,
Pero no soy capaz de tocarlo,
No quiero quemarme,
Pero quiero sentirlo otra vez.
Un cometa pasó,
Y arrastró mi sol hacia él,
El cometa me lo robó,
Triste y gris quedó la luna,
El sol y la luna se quieren,
Pero el cometa lo arrastra.
Opuestos,
Pero complementarios,
El sol y la luna,
Los cometas solo están de paso,
Huye de su estela hipnótica…
📜 David Carrero Fdez-Baillo
📅 8 de noviembre de 2005
En el amor, a veces somos la luna, otras el sol, y en ocasiones, sin darnos cuenta, el cometa que arrastra lo que no le pertenece. ¿Quién eres tú en esta historia?