Entre las opciones más osadas, se hallan los vestidos largos, muy similares a las propuestas de vestidos para fiesta. Los escotes y la cintura suelen ser el detalle de distinción en estos casos. A su vez, los colores van desde el blanco, hasta los rosados, rojos y dorados. Aunque la paleta no se detiene aquí, sino que juega con muchas otras variedades de tonos.
Por supuesto, se puede contar con los vestidos cortos. Éstos se desarrollan en torno a un concepto conservador, basado en cortes tradicionalmente elegantes. Líneas rectas, con cinturas ajustadas y faldas sumamente delicadas.
Por último, están aquellas novias que prefieren para la ceremonia civil los trajes. Este tipo de indumentaria femenina, se adoptó como vestimenta para el civil, ya desde décadas remotas. La razón de esto radica en que mantienen la forma femenina y el glamour de un atuendo elegante.
Fuente: web boda
