
Las cosas que mueven el mundo
Hay cosas ingobernables. Y son maravillosas. Son como las buenas canciones, que no cambian, no importa las versiones que se hagan de ellas o en qué idioma suenen. La original siempre está ahí, siempre es la misma y siempre suena igual de bien, aunque no la entiendas. Y nosotros deberíamos ser así.